Cómo recibirá nuestra mascota al bebé
Son los reyes de la casa. Nos dan tanto cariño y les hemos dedicado tanta atención que casi nos olvidamos de que son animales. Pero no podemos dejar de saber en que aún así, lo son y pueden reaccionar de una manera inesperada ante la llegada de un nuevo integrante al hogar. ¿Qué pasará con nuestras mascotas cuando aparezca el bebé?
Por supuesto que no les hemos pedido opinión en el momento en que planeamos tener un hijo, pero los animales tampoco tienen la culpa de que sumemos más responsabilidades a las tareas cotidianas. Por eso, no se merecen ser abandonados ni descuidados jamás. No hay por qué elegir entre el bebé y ellos, sino que somos nosotros los encargados de crear una buena convivencia y (en algunas ocasiones) hasta volverlos un dúo inseparable. Con un poco de paciencia y dedicación, la familia se agrandará y, si lo hacemos a conciencia, tener una mascota seguirá siendo un placer para todos.
Para lograrlo, son varias las medidas que debemos tomar antes de que nazca la criatura y una vez que ha llegado al mundo.
Preparar el ambiente
Los animales son seres de costumbres y aprenden las reglas por asociación. Por eso, es importante que comencemos a colocar los objetos, como la cuna o el carrito, en los sitios que estarán ubicados más adelante; para que ellos se vayan familiarizando.
Según los veterinarios, también es bueno que escuchen sonidos de bebés como llantos, gritos y risas para que luego les resulte un ruido conocido y no los estrese.
En el caso de los gatos, seguramente lo primero que harán es tratar de meterse en la camita del bebé, lo que más tarde traerá problemas cuando el chico deba acostarse. Entonces, lo ideal es armarla y colocar sobre el colchón algo que no sea del agrado del felino. Por ejemplo, un papel aluminio o un papel con cinta adhesiva de doble faz.
Otras de las rutinas a las que podemos ir acostumbrando de a poco a nuestros animalitos es el cambio de hábitos: comidas, paseos, juegos. En lo posible tenemos que actuar lo más parecido al momento en que tendremos que ocuparnos del chico (si salía a la calle bien temprano y no podrá seguir siendo así, hay que cambiar el horario). Para que la mascota no sienta un gran contraste lo mejor es organizarse antes. Asimismo, si ellos están más acostumbrados a que lo atienda la dueña de casa, es aconsejable que sea el hombre quien comience a darle los cuidados necesarios, ya que seguramente es quien tendrá más posibilidades de hacerlo mientras la madre se ocupa del niño.
También hay que asegurarse de que tenga las vacunas al día y los tratamientos necesarios (por ejemplo, desparasitado y sin pulgas). Esos pequeños insectos no son convenientes, en especial, cuando el recién nacido esté en el hogar.
La llegada del bebé
Durante el nacimiento, es esperable que la mascota no se encuentre sola durante tantas horas, y más si se trata de un perro. Por eso, sería conveniente que cuente con alguien que le haga compañía y cumpla con las rutinas diarias.
Otra de las consignas más útiles es que, cuando el padre vaya al hogar, lleve algunas prendas o pañales con el olor del bebé para que se vaya acostumbrando y comience a familiarizarse con él. Así como también, el día que el pequeñín llegue por primera vez, lo ideal es que lo sostenga el papá para que la madre pueda saludar a la mascota, hablarle (ellos comprenden todo) y hacerle unos mimos en exclusividad.
Luego, hay que dejar que olfatee al niño, siempre tapándole la carita con la mano para evitar que acerque su lengua, por lo menos cuando es tan pequeño.
En caso de que demuestre algún rasgo de agresividad no debemos dudar en darle una reprimenda, pero nunca conviene hacerlo delante del niño, ya que puede tornar un clima tenso con el animal. Para los perros por ejemplo, el padre de la casa es el líder de la manada y el resto es parte del clan. El siempre debe entender que es el último escalafón. Por eso, tenemos que enseñarle que el bebé estará un peldaño más arriba.
Un punto importante por tener en cuenta es que hasta que no sepamos cómo es el animal con el bebé, jamás hay que dejarlos solos en un ambiente.
También es necesario que cuidemos a nuestra mascota. Por lo tanto, a medida que el niño vaya creciendo debemos enseñarle a quererlo, cuidarlo y no permitir que tire de su cola o su pelo, ni que lo moleste mientras está alimentándose.
Por supuesto, que hay algunos animales que son mucho más indicados que otros como compañía de los chicos, pero seguramente si el afecto, las órdenes y los límites son claros para todos, podremos lograr que cualquier mascota se vuelva la amiga más fiel de nuestros hijos.
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